Nací y crecí en las montañas de Chillán, rodeada de un antiguo bosque nativo, en un entorno tan extremo como hermoso, que me cautivaba día tras día. Mi vida transcurrió al aire libre, muchas veces en condiciones desafiantes, debido al trabajo de mi padre, quien desde que tengo memoria se ha dedicado al turismo de alta montaña. Esa fue la educación que recibí y de allí surgió mi profundo amor y respeto por la naturaleza y su espíritu grandioso.

Por otro lado, mi madre me transmitió su pasión por el arte. Incluso antes de mi nacimiento, ella ya pintaba paisajes montañosos al óleo, y fue esta combinación de influencias la que despertó en mí una profunda admiración por la belleza natural, mi mayor fuente de inspiración. La Naturaleza, increíblemente  maravillosa, es mi fuente de admiración e inspiración.